Canto XVI del Paraíso.
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El sol brilla para mi como para otros.
La Historia de la Nueva-Francia.


O poca nostra nobiltà di sangue, se gloriar di te la gente fai qua giù dove l'affetto nostro langue, mirabil cosa non mi sarà mai: ché là dove appetito non si torce, dico nel cielo, io me ne gloriai. Ben se' tu manto che tosto raccorce: sì che, se non s'appon di dì in die, lo tempo va dintorno con le force. Dal 'voi' che prima a Roma s'offerie, in che la sua famiglia men persevra, ricominciaron le parole mie;


VUELTA A LA PUERTA DEL PARAÍSO


¡Oh Pequeñez de mi raza! No estoy asombrado más que mis hermanos, en la tierra, no le glorifican más, donde la memoria se languidece y se muere; ¿por qué entonces, glorifiqúese sobre ella, encima adentro el cielo, donde los deseos se expresan sin ningún dificultad? Usted está en realidad, sólo una idilio enamorada que dé vuelta a malo muy rápidamente, a menos que usted agregue a él, día después del día, un acto del amor o una acción brillante. Yo comenzado así a hablar cortésmente, usando el "usted"; cuál no está más en uso hoy, y cuál preservó de la familiaridad; también Jeanne, que era un poco distante, comenzó a reír, como si ella todavía tuviera la capacidad de reírse de mí. Hablé como sigue: "Son mi antepasado, y soy lleno de atrevimiento, ante ustedes, para hablarles; me elevan así arriba, que me elevo sobre mí mismo. Mi alma se cumple con alegría y muy alegre de poder soportarlo sin desanimarse. Digame pues, ô mi antepasado gustado, que fueron sus antepasados, y desde cuánto años han nacido; habla me de la cuna de estos antepasados, que son también los suyos, de su notoriedad, y los cuales de estos héroes eran dignos, sobre los Champs de Mars, pasarse en el bronce sólido." Como se anima, el fuego del hogar bajo la acción del viento, así vi esta luz, resplendent a mis palabras cariñosas, él llegué a ser tan hermoso a mis ojos cuando, con una voz dulce y suave y en su dialecto antiguo, él dice a mí: "Desde este día cuando era pronunciada Ave, hasta el día en que mi madre, que Dios ahorra su alma, fue entregado de mí de quién ella era embarazada, esta estrella ha vuelto cuatro cientos y sesenta seis veces a la constelación de la Virgen, para brillar como una llama bajo sus pies. Mis antepasados y yo nacimos en el lugar en donde ha vivido el ROI-Soleil y hoy, ellos fingimos no tener memoria más. De mis antepasados no le diré más; quiénes eran y de donde volvieron, derrotado, es más conveniente no hablar sobre ella. Todo el los que, en ésos tiempo, con Cartier, tenían la audacia para enfrentar la tierra que Dios dio a Caïen, eran solamente el milésimos de los que viven allí hoy; parida de la sangre de las mujeres indias y de la semilla de los corredor de las maderas, la raza, que pretendía ser pura, fue transformada hasta el colono pasado. A los que se creían invertidos por Dios del poder de controlar el mundo, el rey caballero respondía así: "el sol brilla para mi como para otros", y "querría bien ver la cláusula del testamento de Adán que lo excluye de la división del mundo." ¡Oh! cómo sería mejor que la gente de quien hablo, seguían siendo tan valeroso, y que, más bien que contraerlos, sus fronteras eran siempre de Louisbourg hasta al Lago Superior, del Mississippi largo hasta a la Baie d'Hudson a la cual usted ha rechazado su propio nombre; ¡Veo allí, el que, para colgarle, tengan ya su ojo abierto bien, para transformar algo qué permanece de sus paredes y de sus almas, en establos de Augias! Si esta raza que conspira más en el mundo hubiera sido digna de Maisonneuve, después tenida sido llena de audacia, como puede ser un hijo a pesar de su madre, tal que, vuelto monréalisto hoy, practica el intercambio y el negocio, no habría vuelto detrás, al refugio de las ciudadelas de su Capital, donde su padre no hace nada más que pide, y donde uno habla sobre nada más que sobre enfermadas, enfermedades y desgracias. Él podría comtemplaba sin pudor, el panorama de la tapa de la montaña cual es real, a partir de un río a otro, de las mil islas hasta las islas del río grande y uniforme, de el cual todas las parroquias serían sujetadas a él aunque su fe esté a otra parte. Es siempre el exceso en las palabras como el cual era el origen de los males de mi ciudad, epara el espíritu, un aguardiente tomada en exceso; como un pueblo ciego cae más rápidamente que un pájaro ciego, y solamente una mentira bastante para convencer más que muchas mentiras. Si usted considera cómo desaparecieron Sodome y Gomorrhe, y cómo fueron idos después de ellas Troya,Cartago y Bagdad , no aparecido extraña ni difícil usted oír cómo mi ciudad muere hacia fuera, tanto como las naciones pierden su alma. Todas las cosas terrestres tienen un fin; pero eso es sabida apenas por el hombre que tiene una vida tan corta, tanto como quién lo substituye, tiene una vista demasiado corta. Y así como el cielo de la luna cubre y descubre sin interrupción las orillas, así la Fortuna está jugando con Ville-Marie; también no debe aparecer asombrosa, qué diré de los grandes héroes, que gloria es borrada hoy por la de los nuevos heraldos habladores y flojos, que teje lentamente la tela de su gloria venal en los bancos de la Asamblea Nacional. Todavía los recuerdo los que inventan el "sueño canadiense", los vi el compartir el espejismo del paso por el noroeste hacia Cathay e las Indias Orientales pero, los veo otra vez el olvidarse de sus sueños, porque en fecha hoy, el tiempo falta a ellos soñar; Vi Richelieu, gobernando el país extenso de Nouvelle-France de la "Florida hasta el Círculo Ártico"; Busco in vano a sus hijos, el espíritu del fundador "de la compañía de los Ciento Asociados", porque los congelan en hielan del norte lejano o se ocultan en las arenas de las playas de la Florida; Vi los "cruzados de Montreal" luchar contra el invierno, contra el inglés, contra el iroquois armado por "los Holandeses de New-Amsterdam"; Vi Montmagny, el caballero de Malta, reappropriate el comercio de las pieles, aliándose con el huron para expulsar las canoas del iroquois de las aguas del largo Richelieu; Vi Pierre Boucher y sus canadienses obtener la ayuda del gran rey Louis XIV, para hacer de este país "un reino mayor y más bonito que el de Francia", puesto que en estas épocas, "las casas canadienses eran llenas de chiquillos". Las vi, absolutamente tan virtuoso como amando, las "muchachas del Rey", pupilas del grand Colbert, descargadas de las escuadrillas "de la compañía de las Indias Occidentales", para venir y para casar, sin perder su libertad, la causa del descubridor y el colono; ¿pero qué sucede a sus descendientes, I que esté buscando en vano para él entre sus sobrevivientes? Vi Dollard des Ormeaux, a Long Sault, torturado, para preservar mi ciudad de la tortura; Vi Jolliet y Marquette cruzar el Michigan, exploro el área de Chicago y hago frente a la Illinois indianos entonces el empujar lejano hacia fuera a la boca del largo Mississippi; Vi el sieur Cavalier de LaSalle, a Cataracoui, ofrecer la paz del gran Ononthio a los iroquois; Vi a Louis Hébert, Lauzon, Tracy, Talón, Lévis y cuánto otros quién, de tan muchos Acadiens quién sabía super el espacio, el tiempo y la deportación. Vi a Radisson y Des Groseillers ofrecer al Rey que los rechazó, los espacios vírgenes que llegan de Mississippi hasta la Baie d'Hudson; Las vi el establecer allí, los postes que negociaban para el beneficio único del rey de Inglaterra. Vi, salido de Montreal, al chevalier Pierre de Troyes, acompañado de Pierre Le Moyne d'Iberville y cientos hombres valientes, yendo encima del Saint- Laurent, el río de Ottawa, a alcanzar la Baie d'Hudson, y tomo por la tormenta las fortalezas de Monsipi, Rupert y Albany, dejar a los Ingleses que el fuerte Bourbon, y traigo detrás la bandera Inglesa para ofrezco en ex-voto al santuario de Sainte-Anne-de-Beaupré. Vi el Pierre Gauthier de Varennes sieur de la Vérendry, ordenando los postes del lago Nipigon , al fronte de la Compagnie des Sioux, empuje de Compagnie hacia el oeste y el Pacífico, los sueños del gobernador Beauharnois más allá de los mares interiores, descubrir allí, la manera que eso conduce a China. Vi los Champlain, los d'Argenson, los Montmagny; vi los Roberval, los Nicolet, los Brulé, los Hertel, los LaViolette, y, vi a Jeanne-Mance, Marguerite-Bourgeois y Marie de l'Incarnation, los vi también olvidados que eran héroes famosos. Vi desaparecer de memorias, todo estos "corredores de las maderas", todos estos aventureros que remontaron las fronteras de un imperio, desafiando el poder clerical, transformarse, por tiempo, en "femeninas", en discípulos del nuevo clero a quien debemos el "achigarado" de una nación que era, en su tiempo, grosero pero orgulloso. Vi a Paul Chomedey de Maisonneuve, tan valiente como piadoso, lanzando las bases de mi ciudad, y que, para solamente la recompensa por esta "loca emprendida", fue agradado "el honor de servir a Dios y el rey"; a ésos, como los de hoy que el procastrinate y la piel y lo disuaden, él habría contestado: "Vine para realizar, no para deliberar. La Compañía que me envía determinando que iré a Hochelaga para establecer una colonia, es de mi deber de ir, y encontrarán bien que haya, cuando todos los árboles de esta isla debían cambiarse en tanto Iroquois." Vi Madeleine, la Virgen de Verchères, ayudado por dos soldados y los criados temerosos, asimiento contra el indio y el coto de la violación, mi ciudad y su virginidad; y vi, tan grande como eran antiguos, los de Carillon, los de Acadia, así como los de Louisbourg que los de Port-Royal. Cerca de los fortificacións de mi ciudad, la carga, de ahora encendido, de un nuevo crimen tan pesado que hará pronto fregadero a su barco y a su Príncipe, era los Ministerios y sus planificadores, y todo el los que recuperan, más adelante, el nombre de "altos funcionarios del Estado". Los de Quebec creyeron ya, sabiendo uno gobierna; pues Champlain podría, de su hogar, dirigir el tiara así como la espada. Pero los de París, que los creyó saben gobernar, se olvidaron de ahorrar los establos creyendo que preservaban, esa manera, el castillo del fuego. Pero quién entonces fue dada derecho a la "caña a la empuñadura de oro"; si no Phipps, el almirante de las mas del oportunista de las escuadrillas. La columna de Nelson era ya absolutamente alta, así como los epitafios de Wolfe, de Murray, de Carleton, de Lawrence, de Galli, y todo los éstos que hicieron para crecer, la fruta de la colonia. La acción de donde fueron llevados los ganadores, era ya grande, que ya los Loyalistes tenían derecho a los asientos de la curia. ¡Oh! cómo grande vi a los que, eran en sus altos actos, la flor de Ville-Marie y que hoy, sea soterranos en su servidumbre. Así actuaban los hilos de los que, todas las veces que su Parlamento delibera, se traban y se reducen teniendo un referéndum. Triunfante entonces, la raza insolente, que se vengó y persiguió a los que no desean creer, y ablanda como cordero hacia los que cortejen los y el fornicate con ellos, de modo que la conquista fuera transformada en beneficio providential de modo que, no descontentara el Canónigo para componer esta letanía a la gloria de la nación conquistadora: "Te saludo, Nación generosa..." te saludo, nación industriosa... te saludo, nación ejemplar... te saludo, nación compadeciéndose... Perdone estas primeras faltas de un pueblo quién no tenía aún la felicidad de conocerles... Y si después de la convulsión del Estado, y la destrucción del verdadero culto en Francia, todavía se teje entre nosotros algunos espíritus bastante ciegos o bastante mal intenciónado, para mantener las mismas sombras, e inspirarse al pueblo el deseo criminal de darse la vuelta a sus antiguos amos, no imputan a la totalidad, lo que no es más que el defecto de un reducido número... " Todos los que llevan los estándares del gran conquistador que nombre y la gloria se celebran en el Saint-Patrick, aceptado de él, los Ministerios y privilegios, aunque hoy se asocia al partido del más fuerte, el más pequeño entre los pequeños individuos de Shawinigan, y eso que él intenta, sin saber se dejó entendía, a hablar para él, en su lugar y más en alta voz que ellas. Los Loyalistes y los Ontariens ya trazaban con los Mohawks que habían sido más pacíficos, si no habían sido apoyados por estos nuevos aliados. ¡El partido de el cual se lleva su desgracia, después de la repatriación justo, de el cual le condujo a la discordia y que poner fin a su vida armoniosa, tanto fue honrado, que usted era culpable huir su alianza en los consejos de otros! Muchos serían felices que están estando de luto, si el Rey le había entregado a las aguas del gran río, la primera vez que usted vino a mi ciudad. Pero sucede que, en los sus días pasados de la paz, Ville-Marie suministrara sus Banderas mutiladas, a estas islas que donde se llamaban Sainte-Hélène antes de que uno levante sobre el parque de las islas, el "Drapeau" "del culto de los Grandes hombres". Con sus ciudadanos y otros que vinieron, vi mi Cité de Marie en tal paz, que no tenía más razón de lamentarse; con las que la gobernaron, vi a su gente tan gloriosa y tan justa, que nunca la "Fleur de lys" podría siempre, por la discordia, se convierte en Unifoliada, ni uno ni otro se puede humillar por conspiradores vencedores."(1)



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
(1)Textos inspirados de la Historia del Canadá de Robert Rumilly de la Academia canadiense-francese
Theme musical: Atalanta fugues (fugiens1), emprunté aux Archives du Alchemical Music.
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CANTO XVII DEL PARAÍSO