Marilyn Verge | Carolyn Molson

 

El Mar por Rafael Solís English | Français

«Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno». Génesis 1: 9-10

El mar de tus ojos, el mar de tu cuello, el mar de tu pelo; en fin, el mar, que desemboca siempre en el mar de mis sueños, en el mar de mi Isla.

¿Qué tengo contigo oh mar que no me dejas olvidar tu espuma que ya de niño curaba mis tristezas y de grande mis amores? ¿Qué tengo contigo oh mar, que cada vez que subo a una montaña, por alta que sea, desciendo presuroso a tocar tus aguas?

Digo mar y corro veloz al encuentro de tus olas. Digo mar y ello me deja un sabor a salitre en la piel, que luego se disputan las sirenas como si estuviera impregnada del mejor de los perfumes.

Cuando pequeño andaba en el mar, jugaba en el mar. También pescaba en el mar cuando pequeño. Cuando fui grande, por un tiempo, amaba en el mar. Después ... después ya no hubo amor en el mar porque vinieron unos hombres malos y sacaron el agua del mar... Después nos fuimos todos a buscar el mar, lejos de nuestro mar.

Alguien pasa por mi lado y me pregunta: ¿pero a dónde vas tan de prisa sin apenas reposar? ¡Al mar! ¡Allá voy, al mar!

 

Marilyn Verge | Carolyn Molson